Bailarina y totalmente entregada a su profesión, Valerie sufre una lesión que le impide subirse a los escenarios durante un largo periodo de tiempo. Por ello decide refugiarse en un pequeño pueblo para recuperarse de su lesión. Una vez allí contrata a un fisioterapeuta para que con masajes le ayude a fortalecer de nuevo sus piernas.Las manos masculinas, fuertes pero suaves, masajearon el cuerpo de Valery, ese cuerpo ágil y perfecto que le permitía bailar como un hada. Valery Simpson se había encerrado en la magnífica fortaleza de su danza. Ningún hombre había podido traspasar la puertas hasta llegar a su corazón. Sin embargo, Frank Garret estaba decidido a amarla como fuera. El contacto de su piel con la de él encendía chispas en Valery, haciéndola desear con todo su ser que el masaje se transformara en una caricia, tierna y apasionada a la vez. Pero ¿cómo podría pagar el precio del amor?
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