Antonieta había cometido el mayor error de su vida. Era cierto: necesitaba dinero para remediar la pobreza en que vivía con sus tres hermanas. Y, las caricaturas que ella hacía sobre la alta sociedad londinense, eran muy ingeniosas y tenían gran éxito. Una de las caricaturas publicadas retrataba a la propia madrina de Antonieta con su amante, el Duque de Axminster... ¿Cómo pudo atreverse a hacer algo así? ¡Ahora, el airado marido amenazaba a su esposa infiel con un escandaloso divorcio! Pero, cuando el duque propuso la solución, la pobre muchacha se quedo rígida de miedo...
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